Y de entre los nueve mundos circundantes, emergió una esfera de luz que atiborró el espacio por completo; luego de unos segundos sentí el ardor del fuego inmemorial marchitando mis entrañas de forma plenamente insensible. Siento latir algo en mi pecho, y disímiles formas me sitian por dondequiera. En un momento vi un glóbulo de luz derrumbándose sobre el más allá; y fue ahí mismo donde me prometí perpetuarme.
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